Reseña "A paso de cangrejo" Günter Grass


Portada del libro A paso de cangrejo

A las 21:08 horas del 30 de enero de 1945, tres torpedos lanzados por un submarino soviético impactan contra el transatlántico Wilhelm Gustloff, el cual se disponía a poner a salvo a más de 10.000 alemanes que huían de la Prusia Oriental, provocando así la mayor tragedia marítima de la historia.


Günter Grass, autor de El tambor de hojalata, premio Nobel de literatura y premio Príncipe de Asturias de las letras, en 1999,  rescata con esta novela, un asunto hundido en el silencio de la historia presente sólo en la memoria de los escasos supervivientes, y narra el suplicio que los propios alemanes sufrieron en la Segunda Guerra Mundial. El libro inicia con la inscripción “in memoriam” dedicándolo de esta manera, a las personas que perdieron la vida en los caminos, en las ciudades y en el mar Báltico huyendo de las fuerzas rusas.
Gunter Grass Fumando


“Si he abordado este tema, es precisamente para no dejarlo en manos de la ultraderecha.”


Entre la ficción y la historia, con una trama fácil de seguir y su inconfundible estilo, Grass haciendo referencia al título de la obra, A paso de cangrejo, atraviesa en diagonal y en zigzag la historia de tres generaciones supervivientes del Wilhelm Gustloff y su perspectiva sobre la Alemania de la posguerra. El narrador en primera persona, es un periodista nacido la misma noche de los hechos, con una madre traumada por la visión de los miles de niños congelados, y un hijo que hace loas al nazismo en una página web, lo que tendrá fatales consecuencias.


 Además de ser un referente en la literatura, Grass era considerado una autoridad moral en Alemania, y con este libro, el cual, dicho sea de paso, transcurre navegando por Internet en modo de advertencia, nos muestra como la maldad y el fanatismo, no son propios de ninguna ideología, sino que son capaces de afectar a cualquiera bajo la influencia de la estupidez.


De hecho, es el fanatismo el que llevó a decir que si el judío Frankfurter no hubiera asesinado a Wilhelm Gustloff, y el barco se hubiera llamado Adolf Hitler como estaba previsto, el puro carisma del Führer habría evitado su hundimiento.


No estamos ante un libro imprescindible del escritor, pero sí ante un periodo que estaba pendiente de ser contado, una lección acerca de odios y fanatismo, y una lección de historia con el objetivo de advertir y despertar la consciencia crítica del lector.

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