Reseña "El Club Dumas" Arturo Perez-Reverte

Ya que me pongo a reseñar escritores, cómo no hacerle hueco a uno de mis favoritos. ¿Y por dónde empezar? Pues por donde él dice que empezó. A pesar de no ser su primera novela, ArturoPérez-Reverte, antiguo corresponsal de guerra y ahora escritor, miembro de la Real Academia Española desde 2003, reconoció darse cuenta, con este libro, de que podía “vivir de la literatura”.

Hay que agradecerle indirectamente a Umberto Eco la creación de esta novela. Reverte estaba escribiendo “una novela de templarios”, cuando se enteró que Umberto tenía prevista “El péndulo de Foucault”, el académico de la Lengua aparcó la suya y comenzó a escribir “El Club Dumas”, en la que hace un guiño al italiano, el cual, si queréis descubrir, tendréis que leer el libro.

“Además de precaución y reserva, cautela significa astucia”.

Ambientada en la época que fue escrita (1993), la trama se desarrolla en Madrid, París, Toledo y Sintra, donde Lucas Corso, cazador de libros a sueldo, recibe un doble encargo de sus clientes: autentificar un manuscrito de los tres mosqueteros y descifrar el enigma de un viejo libro quemado en 1667 con el hombre que lo imprimió. Con una erudición, marca de la casa, el autor te introduce en el mundo del gran Alejandro Dumas, mientras mezcla mecanismos del folletín, la novela policiaca, las ciencias ocultas, y sazona con juegos de adivinación, corrupción, odios, pasión, amor y traiciones. A bombo y platillo, las piezas de la trama empiezan a encajar a medida que el protagonista va atando cabos, en un final donde el escritor consigue hacerte partícipe.

 Reverte: “No cambiaría ni una línea”

En 1999, Roman Polanski realiza la adaptación cinematográfica de esta novela, llamándola “La novena puerta”, con un muy acertado Johnny Depp como protagonista, al que le viene el papel de Lucas Corso como un guante. Aunque se centra en la trama del libro diabólico, con lo que solo adaptó un porcentaje de la novela.

“El recuerdo, por tanto, era más cinematográfico que literario, y eso despertó en Corso una exasperación entre divertida e irritada. Maldito Hollywood”.