Reseña de "El hombre terminal" de Michael Crichton


Michael Crichton escritor de El hombre terminal
Hace unos días me ofrecieron esta novela y con solo comprobar quien era el escritor, no dude en leerla.

Michael Crichton, impulsor del método narrativo techno-thriller, es el padre de dos hijos que cualquier escritor querría tener. Uno de ellos es “Parque Jurásico”, una de las novelas más leídas de los años 90 y llevada al cine por Spielberg, y la otra, es la serie “Urgencias”, referencia de las series de hospital, ganadora de 23 premios Emmy con 124 nominaciones.
El hombre terminal de Michael Crichton


El título del libro, “el hombre terminal”, es bastante esclarecedor. El protagonista, y a la vez, antagonista, Harry Benson, es un psicópata dominado por la idea de que las máquinas se revelarán y tomarán el control de la humanidad, que sufre un accidente, que deriva en una epilepsia psicomotora, la cual le produce episodios violentos de los que después no guarda ningún recuerdo. Esta enfermedad le convierte en el paciente perfecto para someterlo a la “Etapa tres”, una operación que consiste en implantarle un chip en el cuello con unos electrodos conectados directamente al cerebro que se encargarán de contrarrestar los ataques que  sufre.

Una novela de tanta exactitud científica y tan bien documentada, que olvidas que es una obra de ficción. Sin huecos ni escondrijos para la narración donde el curso de la historia pueda detenerse. Un ritmo que se ve ampliado por los cortos capítulos, y los muy acertados diálogos. Quizá un ritmo demasiado alto para ese final, que da la sensación de que viene demasiado precipitado.
Es una de esas historias que deja abiertos dos debates para reflexionar, lo cual hace que hables sobre ella y la sigas recordando una vez terminada.

La primera de ellas, la abre un profesor de psiquiatría. El cual, basándose en la teoría de que “la operación acabará con sus ataques, pero no con sus quimeras”, da pie a la cuestión de que sería mejor esperar a que apareciera otro sujeto, que se beneficiara más de las horas de esfuerzo y los miles de dólares invertidos.
Uno de los personajes a tener en cuenta es la psiquiatra Janet Ross, el ángel en el hombro derecho de la historia, que se opone a la práctica de la operación.

Otra de las reflexiones que nos ofrece Crichton, es sobre los niños y su “programación” desde pequeños. Las actitudes raciales, éticas, religiosas, sexuales y nacionales, controladas por los padres y profesores, llamado “control mental”. 
—Pero, ¿no es un control de la mente?
Ellis preguntó a su vez:
— ¿Qué nombre da usted a la educación obligatoria de enseñanza media?


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